LA ACCIÓN DE LAS OSFL APORTES PARA LA FORMACIÓN DE CIUDADANÍA RESPONSABLE
por Lic. Daniel Di Scala (IVLP Argentina). Docente de Educación Media. Profesor Universitario.
La inclusión reciente de asignaturas como “Trabajo y Ciudadanía” en el diseño curricular del último año de la escuela secundaria dela Provinciade Buenos Aires abre la posiblilidad de trabajar con los jóvenes a punto de egresar de ese nivel dos aspectos íntimamente ligados a las decisiones que deban tomar en su futuro inmediato: por un lado, las que corresponden a la inserción en el mercado de trabajo. Y por el otro, en forma simultánea, las que pueden favorecer su participación en la vida comunitaria, desarrollando su propio potencial de transformación positiva del entorno (es decir, el ejercicio pleno de la ciudadanía responsable).
Adicionalmente, también un tercer aspecto, que no es menor, puede ser cubierto: la elección del propio horizonte profesional, que muchas veces entre los jóvenes se plantea incierto y a merced de los operativos de marketing que realizan instituciones educativas al ofertar sus carreras de nivel superior.
Existe una temática poco abordada en las aulas del último año, cuyo tratamiento puede ofrecer un aporte sustancial a los aspectos mencionados: la tarea que llevan a cabo las distintas Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFL), el impacto de su acción comunitaria y la posibilidad de inserción del voluntariado juvenil.
Las OSFL, por su propia dinámica de funcionamiento, desarrollan en la práctica importantes habilidades para la formación de capital humano:
- Facilitan la interacción, el intercambio y la cooperación entre personal y grupos con fines solidarios, propositivos y superadores. Promueven el trabajo en redes y articulaciones con otras organizaciones que permiten enriquecer a cada paso los enfoques de la tarea común.
- Definen criterios de identidad y normas de trabajo, de acuerdo a los valores que les dieron origen y sustentan su misión. Su principal capital social suele la transparencia, la credibilidad y la confianza.
- Forman a las personas como sujetos sociales, los empoderan a partir del ejercicio democrático de la toma de decisiones, la construcción de acuerdos y consensos. Desarrollan su capacidad de liderazgo y de intervención activa en los problemas de la comunidad. Forman, además, la conciencia de la acción conjunta.
Por otra parte, las OSFL constituyen en toda comunidad un sector económicamente activo (aunque en este rol su naturaleza es claramente distinta a la de otros sectores de la economía como el Estado y la Empresa Privada, con los cuales articula en muchos casos para el diseño, aplicación y monitoreo de programas de Responsabilidad Social). Sus modalidades de trabajo, amasadas a lo largo de años de experiencia y trabajo de campo, constituyen sin lugar a dudas excelentes fuentes y oportunidades de aprendizaje para la formación personal. Y las habilidades interpersonales que se desarrollan en su seno, son muy semejantes a las que requiere básicamente el mercado formal de empleo. En muchos casos, personas que han hecho trabajo voluntario han podido acreditar la experiencia previa que el mercado laboral les exige. Y no es extraño (aunque no es regla) que jóvenes emprendedores y capaces encuentren en las OSFL su primer empleo.
Por eso la escuela, con una adecuada articulación institucional, puede constituirse en promotora de voluntariado. Hace falta, no obstante, un complemento: el diseño de un programa integral destinado a formar en directivos, docentes, auxiliares y alumnos el valor educativo de la actividad voluntaria, contemplando también la preparación de un ambiente receptivo dentro de las OSFL para que los voluntarios desarrollen por sí mismos la predisposición necesaria y la motivación indispensable.
La experiencia personal que he podido desarrollar en ese campo, a través de los años y con distintos grupos de jóvenes con su ciclo secundario a término (muchos pertenecientes a contextos socioeconómicos favorables, pero también otros mas representativos de contextos urbano-marginales) fue altamente positiva y enriquecedora, toda vez que facilitó en los jóvenes el abandono progresivo del individualismo (que es el signo distintivo de nuestro tiempo) al tomar contacto con realidades totalmente crudas, injustas e indignas en las cuales viven sus pares, como así también niños, adultos y ancianos de su propia Comunidad.
La reciente creación de IANA y REAL, con la consecuente sinergia que esos emprendimientos generan entre sus integrantes, reunidos en distintas comisiones pero con una firme convicción y comunión de valores, constituye una fuente de energía y esperanza para que ideas de este tipo puedan tener una rápida aplicación.