INCENTIVOS GUBERNAMENTALES A PRODUCTORES RURALES QUE CONSERVAN LA NATURALEZA
Conservación de pastizales pampeanos en el Mercosur
por Aníbal Parera (IVLP, Argentina). Biólogo, se desempeñó como coordinador general de la Alianza del Pastizal y coordina el Proyecto de Incentivos Oficiales a la Conservación de los Pastizales Naturales del Cono Sur.
Una novedosa iniciativa de los gobiernos de la región cuenta con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el respaldo de la Alianza del Pastizal
La comunidad ambientalista internacional permanece atenta a la conservación de los pastizales templados de Sudamérica (Pampas) desde que una iniciativa originada en el seno de BirdLife International -la federación global que reúne a las organizaciones dedicadas a la conservación de las aves silvestres en todo el mundo- puso su atención en su inminente desaparición.
Es que los 100 millones de hectáreas de pampas pastizales pampeanos que caracterizaban a la cuenca del Plata en Uruguay, Sur de Brasil, Centro y Nordeste de la Argentina y extremo Sur del Paraguay están siendo convertidos en campos de soja, arroz y otros cultivos de cosecha, y más recientemente en masas forestales implantadas con destino de pulpa de papel y maderas.
Con ellos, desaparecen también especies de aves silvestres emblemáticas y amenazadas como el tordo amarillo, la monjita dominica, los yetapás y capuchinos. Para el Director Científico de Aves Argentinas Adrian Di Giacomo “otro de los grupos interesantes de aves que llegan a las pampas son los migratorio Neárticos, aves que anidan en las praderas norteamericanaspero deben escapar del crudo invierno boreal, y llegan cada año a las pampas, justo en los meses más cálidos”.
Pero a diferencia de lo que sucede en Norteamérica, donde buena parte de la tierra -casi la mitad de hecho- corresponde a tierras públicas y donde el marco regulatorio limita su uso productivo, en las pampas del Cono Sur la tierra pertenece a propietarios particulares y sus prioridades muchas veces no incluyen la conservación entre sus prioridades inmediatas. En ausencia de una adecuada planificación territorial, el destino de la naturaleza se encuentra determinado por las decisiones de los productores. En este contexto, aproximadamente la mitad de los pastizales naturales son ya un recuerdo.
Es por ello que la Alianza del Pastizal, con la misión de conservar el acervo natural de las pampas en los 4 países con representación de BirdLife International, puso en la mira las decisiones de los productores rurales. “Elegimos hacernos amigos de los productores”, explica el coordinador de la Alianza del Pastizal en la Argentina Gustavo Marino, “Si los ayudamos a hacer buenos negocios conservando los pastizales y las aves, todos ganamos. Hoy sabemos que eso es posible”.
La alianza encontró sus primeros aliados entre los ganaderos del pastizal, es decir, los productores que administran fracciones de campo natural para hacerlos productivos sin reemplazarlos por un paisaje diferente. “Buscamos incentivos de mercado, creemos que la sociedad de consumo está en condiciones de reconocer un producto de calidad diferencial en la carne procedente de vacas criadas en los pastizales, no sólo por su aspecto, sanidad y sabor, sino porque con ellas, estamos preservando un ambiente natural en peligro”, explica Esteban Carriquiry, Ingeniero Agrónomo uruguayo integrante del Consejo de Certificación de Carnes del Pastizal para la Alianza.
Mientras estos preparativos ocurrían, los directivos de la Alianza del Pastizal se reunían con los gobiernos de la región, para investigar su predisposición para premiar mediante un sistema de incentivos oficiales a los productores “conservacionistas”, encontrando buena sintonía con los gobiernos de 3 provincias argentinas (Entre Ríos, Santa Fe y Formosa), el Estado de Rio Grande do Sul y las oficinas federales del Uruguay y Paraguay. Juntos propusieron al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la idea de desarrollar una plataforma común de incentivos a los productores, que pueda basarse en datos científicos de aporte de los productores al bienestar colectivo (servicios ambientales de sus establecimientos).
El BID acompañó la propuesta desde su línea de ayuda a gobiernos conocida como Bienes Públicos Regionales (BPR), aportando una donación para el conjunto de los países que será complementada con aportes de contrapartida de los gobiernos y la propia Alianza del Pastizal, por algo más de un millón de dólares, administrados porla organización Aves Uruguay, el socio oriental de BirdLife International.
El proyecto contempla la elaboración conjunta de un “Índice” que permita medirde manera objetiva y científicala contribución cada establecimiento rural a la conservación de los pastizales. “Con un ranking como este, será más fácil a los gobiernos aplicar una política de incentivos”, coinciden desde Aves Uruguay Inés Paullier y Agustín Carriquiry (Presidente y DirectorEjecutivo de la entidad respectivamente). El plan es que cada país o estado provincial aplique su propia política, pero puedan basarse en herramientas comunes, es allí donde radica el beneficio de las construcciones colectivas entre países que comparten problemas, pero también soluciones, justamente lo que propone el sistema de Bienes Públicos Regionales del BID.
Con este ambicioso proyecto en marcha,deberíamos esperar contar en un par de años con este paquete de herramientas de incentivos consolidado, lo que podría ser observado por los países como una oportunidad para vender al mundo sus “servicios ambientales” de mitigación del efecto invernadero, principal agente movilizador del Cambio Climático Global. Es que si los pastizales permanecen en su lugar, en lugar de seguir con el acelerado proceso de reemplazo, el carbono estará capturado en suelo y raíces en lugar de engrosar la capa de gases que envuelven al planeta de manera cada vez más intensa.