EL QUECHUA Y LOS ERRORES FRECUENTES EN NUESTRO ESPAÑOL
por Gonzalo Fortún Berdecio (IVLP, Bolivia). Coordinador Académico en el Centro Binacional de CBA – Sucre, Bolivia.
Una investigación hecha en aulas de la Carrera de Idiomas de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, Bolivia, fácilmente extrapolada a un contexto no solo local fuera de las aulas sino nacional. ¿Cuánta influencia pueden tener las lenguas nativas en nuestro español aún si no las hablamos?
Cuando los estudiantes dela Carrerade Idiomas se encuentran en las clases de Español 1 y 2 en los primeros años de la carrera, no es difícil darse cuenta de la situación real y actual del español al enfrentarse con materia que en muchos casos resulta desconocida o muy poco familiar. Por otro lado, al realizar pequeños trabajos de investigación y presentaciones en clase ante una audiencia estudiantil y el profesor encargado de la materia se hace que el estudiante se de cuenta de la presencia de un sinnúmero de errores y “horrores” que van desde el nivel morfológico y hasta el pragmático pasando por el sintáctico y semántico de uso del español.
Ante estos hechos surge el comentario de la “barbaridad” de que ésto esté ocurriendo y de que los bachilleres que ingresan a la universidad puedan tener “un tan mal español” luego de haber cursado 12 – o más – años en la escuela y/o colegio.
No obstante, es un hecho claro y comprobable que el español boliviano, dado que los asistentes a las aulas provienen de diversas regiones de nuestro país, poseen un número de variantes dialectales[1] entre las cuales podemos citar el español andino, central, camba, chapaco que sin duda alguna afectan el léxico, la forma de estructurar enunciados y hasta la forma de utilizarlos y cuya validez lingüística es cuestionable.
Es también un hecho claro, real y comprobable la presencia de un bilingüismo o diglosia del español y una lengua originaria en nuestros hogares, grupos de amigos e inclusive en la misma universidad, dentro y fuera del aula. Cabe mencionar que los factores antes citados también tienen influencia sobre el español del profesor mismo.
Ante esta situación y encontrándonos frente a una variedad tan grande y de gran riqueza – para algunos – y pobreza – para otros – en cuanto al conocimiento y manejo que se tiene de la lengua española, en nuestro contexto surge la necesidad de hacer un estudio acerca de los errores frecuentes en el español boliviano y la influencia del quechua en los mismos.
Según los datos estadísticos censales de 1992, en Bolivia, la lengua originaria más hablada es el quechua, que alcanza un total de 1.805.843 hablantes en la población de 6 o más años, lo que equivale a un 34,3% de la población total. Le sigue la lengua aimara, que es hablada en el conjunto del país por un total de 1.237.658 personas de seis y más años, lo que equivale a 23,5% del total de habitantes en el país.[2]
El quechua es la lengua originaria más hablada no sólo en nuestro país sino en varios del continente y este hecho hace que uno piense en una posible influencia en los frecuentes errores cometidos en español, lo cual en un contexto educativo “impide un mayor y mejor aprendizaje del español, por la formación de los meandros cerebrales que origina y por el impacto permanente a través de la percepción auditiva especialmente.” [3]
Los profesores encargados de la materia de Español 1 y 2 dela Carrerade Idiomas dela UniversidadSanFrancisco Xavier muestran su preocupación ante el hecho del bajo aprovechamiento de los estudiantes en la mencionada materia y con la consecuencia de un bajo aprovechamiento de la segunda lengua aprendida debido a los pobres conocimientos del español, considerado como la primera lengua – L1 – de los estudiantes de la carrera.
Ante este hecho, la hipótesis presentada fue la siguiente: Los errores frecuentes cometidos en español se deben a una influencia directa o indirecta del quechua.
Para comprobar esta hipótesis, se utilizaron dos tipos de instrumentos: la entrevista y el cuestionario. Se hicieron 6 entrevistas no sólo a catedráticos encargados de estas materias sino también a algunos profesores de colegio, con el fin de evaluar el grado de conciencia de la existencia de esta realidad y a partir de ésto y en base a la hipótesis presentada elaborar un cuestionario para estudiantes de las materias de Español 1 y 2, dela Carrerade Idiomas dela UniversidadSanFrancisco Xavier, que nos mostrara datos suficientes o de lo contrario, cuestionáramos nuestra hipótesis. Este cuestionario fue aplicado a un total de 53 estudiantes, 31 de la materia de Español 1 y 22 de la materia de Español 2.
El cuestionario preparado constó de dos partes. La primera destinada a evaluar el grado de conciencia de los alumnos en relación con la necesidad o no de mejorar el nivel de conocimiento y manejo del español y por otro lado, la lengua hablada mayoritariamente en el hogar, por los padres y abuelos, lo último, para darnos cuenta del nivel posible de influencia directa o indirecta de las lenguas nativas.
La segunda parte del cuestionario era una serie de preguntas de opción múltiple donde el estudiante debería escoger la opción que más corriente le parecía. Siendo el cuestionario anónimo, se le pidió la mayor honestidad posible. Las opciones presentadas fueron elaboradas de modo que por lo menos una de las tres opciones contenía una expresión derivada del quechua ya sea en el uso de una palabra en esta lengua o estructuras sintácticas derivadas de la mencionada lengua.
El análisis de esta información y posterior tabulación fueron hechos de forma cuidadosa habiendo obtenido los siguientes resultados:
Un 63 % de la muestra expresó no sentirse cómodo, un 9%, sí, y un 11 mostró incertidumbre en relación con su nivel de conocimiento de la lengua española, indicando varios factores, entre los cuales podemos citar:
- La necesidad de mejorar sus conocimientos generales.
- La necesidad de mejorar su comprensión oral ya que las explicaciones de los docentes no les resultan claras.
- El reconocer que el nivel de conocimiento de la lengua es insuficiente, al darse cuenta de los problemas que tienen con el contenido de la materia.
En cuanto al deseo de mejorar el conocimiento de la lengua y su manejo, el 100% se mostró deseoso de hacerlo. Las razones dadas son las siguientes:
- La necesidad de mejorar sus conocimientos generales.
- La necesidad de mejorar su vocabulario.
- El no recordar lo que se aprendió en colegio.
- La necesidad de expresarse mejor.
- El hecho de estar aprendiendo otros idiomas.
En relación con la lengua utilizada mayoritariamente en el hogar, por los padres y abuelos, un 46% dijo que es el español la lengua mayoritariamente hablada en el hogar y un 4% que son ambos, español y quechua. En cuanto a los padres, un 26% habla español, un 16% español y quechua y un 15% sólo quechua. Un 23% de los abuelos habla solamente quechua, un 13% español, un 15% español y quechua y un 4% otras lenguas.
Estos resultados, son un punto de partida para intentar hacer una aproximación de la incidencia que el quechua, como lengua nativa más hablada en nuestro medio, tiene en el español de los estudiantes, ya sea de forma directa, indirecta en primer o segundo grado.
Los resultados de la segunda parte del cuestionario fueron los siguientes:
Un 20.8% comete el error de anteponer la preposición ‘en’ al adverbio de lugar ‘ahí’, lo cual deriva del quechua ‘chaypi’, donde el sufijo ‘pi’ es la preposición ‘en’ y ‘chay’, ahí. Un 69.8% eligió la opción correcta. Un caso similar se aprecia al anteponer la preposición ‘en’ al interrogante ‘dónde’, muy propio también del quechua, ‘maypi’.
La utilización del posesivo genitivo además del adjetivo posesivo resultando en una redundancia incorrecta también deriva del quechua y un 24.6% de la muestra parece cometer este error. En quechua es natural y correcto decir: Nuqaqpá Luis sutiy, traducido literalmente, ‘de mí mi nombre es Luis’
Los errores de concordancia sujeto adjetivo son también muy comunes por la ausencia de género en los adjetivos de la lengua quechua. Un 43.4% cometió este error, y un 11.3% el error de conjugación al utilizar presente de indicativo en lugar de pretérito simple, o el pretérito compuesto en lugar del simple, pues en quechua se utiliza el presente de indicativo para expresar un pasado reciente y el pretérito compuesto es inexistente. La utilización del pretérito compuesto en lugar del simple parece ser un error muy frecuente no solo en los estudiantes de la carrera.
Quedó claro también que existen varias voces quechuas utilizadas ampliamente en nuestro medio y un desconocimiento de la palabra española que la describe. Es el caso de ‘makurka’, la voz quechua para ‘agujetas’, voz española casi desconocida en nuestro medio. También nos dimos cuenta, por la tercera opción, la voluntad de no utilizar la voz quechua y buscar otra alternativa en español utilizando la palabra ‘dolor’.
El quechua utiliza muchos sufijos para enfatizar una característica afectiva, ‘sunquchashan’, resultante en la utilización de un pronombre reflexivo innecesario en español. Me voy a viajar, o voy a viajarme, son producto de ‘ch’usakuy’ en quechua que es simplemente ‘ch’usay’, viajar, con una carga afectiva con la connotación de realmente querer realizar esta acción.
Otro caso interesante se mostró con un 15.1% y 7.6% que parece cometer el error de sintaxis en relación con la localización del verbo y del complemento circunstancial de tiempo. Esto por influencia del quechua donde la acción en progreso no se expresa mediante la conjunción de ‘estar + gerundio’ sino por medio del sufijo ‘-sha’ integrado a la forma del verbo y su desinencia personal: estoy trabajando, llank’ashani. Por otro lado, el verbo, en quechua, siempre está localizado al final de la oración y los adverbios normalmente al principio de la idea. Como resultante tenemos las expresiones: Mi papá y mi mamá en este momento hablando están o hablando están en este momento.
De esta manera, y sin ánimo alguno de crear molestia ni menos malestar, se puede decir que la hipótesis presentada ha sido comprobada y como resumen de todo lo expuesto anteriormente surgen varias interrogantes en sentido de la forma en la que se enseña español en nuestra carrera y la necesidad de que los profesores encargados de esta materia debieran tener conocimiento de la lengua quechua.