DIPLOMACIA CIUDADANA: CAMINANDO HACIA UNA DIPLOMACIA LINGÜÍSTICA
por Prof. Carlos J. Ojeda Castro. (IVLP México).
De acuerdo al Centro para la Diplomacia Ciudadana de los Estados Unidos de América, la Diplomacia Ciudadana es un concepto que establece que los individuos tienen el derecho, y más aún la responsabilidad, de ayudar en el establecimiento de las relaciones exteriores de sus Estados, con expresiones tan sencillas como un saludo de manos entre individuos de diferentes nacionalidades. Los Diplomáticos Ciudadanos pueden ser estudiantes, maestros, atletas, artistas, hombres de negocios, personas que laboran en actividades humanitarias, aventureros o turistas. Ellos son motivados por la responsabilidad de establecer lazos estrechos y fraternales con el resto de los ciudadanos del mundo a través de un dialogo significativo de beneficio mutuo.
Partiendo de esa premisa el medio necesario para la implementación de dicha Diplomacia, es el dialogo abierto, sincero y significativo, este tiene que tener un emisor y un receptor que establecen una dinámica de comunicación a través del lenguaje. Sin embargo es aquí cuando inician las dificultades, usualmente cada uno de los interlocutores habla una lengua distinta a la de su contraparte, por lo que comúnmente se utilizan los servicios de traductores, sin embargo aun con un amplio conocimiento de la lengua y de los diferentes contextos en los cuales deben expresarse las ideas, no siempre se consigue transmitir la idea real del emisor, además que es imposible para el receptor recibir el sentido que tiene cada una de las palabras y frases de su interlocutor.
Es imperativo poder contar con una vía sencilla, conveniente y práctica para llevar a cabo el dialogo entre los interlocutores. Una lengua común a la mayoría, que permita un contacto directo entre las partes involucradas en el proceso de intercambio de ideas, así como expresar los diferentes sentimientos y emociones propios de un dialogo profundo y significativo, así como el sentido de cada una de las frases que estén dentro del mensaje.
Una vez más el idioma inglés se presenta como una opción más que probada para ser esa lengua común entre los ciudadanos del mundo, una lengua que permite intercambiar ideas, conceptos, conocimientos, permitiendo que el emisor del mensaje pueda expresar de manera directa sus emociones y sentido de las palabras, así como mostrar su herencia y antecedentes culturales, su idiosincrasia, en una palabra su esencia.
Como podemos ver la Diplomacia ciudadana, cuenta con una herramienta fundamental para estrechar los lazos de amistad y entendimiento mutuo entre los individuos, que sin duda lograra una mejor comprensión de los temas a tratar y facilitara la réplica y confrontación sana de ideas entre los nuevos Diplomáticos ciudadanos, tal vez en un futuro no muy lejano se pueda hablar de una Diplomacia Lingüística o del idioma, que sea la premisa inicial del resto del proceso de la Diplomacia internacional en los ámbitos público y ciudadano.
El permanente impulso a la enseñanza y aprendizaje de una lengua común debe convertirse en una política pública para las administraciones gubernamentales de todos los países del orbe, sin duda alguna la educación y formación en el área de las lenguas será la principal llave que permita abrir puertas y continuar consolidando un proceso activo de participación ciudadana en la conformación de políticas de relaciones exteriores.