EDUCACIÓN. VALOR A REVISAR PARA FORTALECER LAS DEMOCRACIAS EN AMÉRICA LATINA.
por NORMA IRIS COTO (IVLP, Honduras). Magistrada Corte de Apelaciones Penal. Honduras.Vocal Primera de la Asociación de Jueces y Magistrados de Honduras.
Recientemente, en el pasado mes de Mayo del 2012, el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton vino a mi país (Honduras) a petición de una calificada universidad privada que obra en la capital de la República, a dar unas conferencias a estudiantes e invitados especiales, entre ellos personajes del gobierno y de la empresa privada, en la que el mismo fue enfático al señalar que una de las cuatro formas de lograr progreso y desarrollo en una nación para salir de la pobreza, es en primer lugar el fortalecimiento de la Educación. Ello no es nada nuevo para muchos, pero cada vez que una persona de ese calibre lo dice, nos motiva, nos concientiza, para que tanto gobernantes como gobernados, hagamos algo en nuestros respectivos campos para contribuir a que en nuestros países de Latinoamérica, se le dé la prioridad que éste tema amerita, por cuanto si bien es parte de los discursos de los políticos en todas las campañas electorales, lo cierto es que muy poco hacen cuando ya están en el poder; a este momento, después de experiencias tras experiencias en los distintos países de nuestra América de deplorables escogencias por el pueblo de las personas que los deben gobernar, se ha concluido que tal parece a los políticos les conviene mantener un pueblo ignorante para sostener el poder, siendo que quienes tienen una educación media que les permite razonar su voto, son una minoría votante, por lo que a la mayoría restante se mantiene en ostracismo educativo, para continuar obteniendo sus votos a cambio de subsidios y regalías temporales, como ser bonos y otras canonjías que no remedian en forma definitiva la falta de desarrollo y por ende pobreza.
Educación significa obtener los conocimientos necesarios para alcanzar el desarrollo humano y por ende de la sociedad en que se vive, según el PNUD, desarrollo humano es el que sitúa a las personas en el centro del desarrollo, por cuanto promociona el desarrollo potencial de las personas, el aumento de sus posibilidades y el disfrute de la libertad para vivir la vida que valoran; diversos autores señalan que con educación se produce el desarrollo humano que en sentido genérico es la adquisición por parte de los individuos, comunidades e instituciones, de la capacidad de participar efectivamente en la construcción de una civilización que es próspera tanto en el sentido material como espiritual; a contrario sensus, la falta de educación promueve una cada vez más alejada posibilidad de lograrlo, mientras sus niveles continúen con fluctuaciones en descenso en el cuadro estadístico, lo que significa en otro cuadro, un alza en los índices de la pobreza, producto no solo de la falta de educación sino también de la corrupción imperante que resulta precisamente de mantener al pueblo en ese ostracismo cultural que no le permite reaccionar como debiera ante ese flagelo.
Un ejemplo de un gobernante que no solamente no realizó acciones para el desarrollo educacional de sus ciudadanos, sino que mantuvo el nivel de ignorancia en el pueblo, fue el del régimen de Francois Duvalier en Haití, quien tomó el poder en 1957 como Presidente Constitucional, y como dictador a partir de 1964 hasta su muerte en 1971, quien impuso lo que se llamó el “reinado del terror” a través de la violencia “y el analfabetismo” llevando al pueblo a tal grado de ignorancia que les hizo creer que tenía poderes mágicos por lo cual era conocido como “Papa Doc” (papa-doctor), período que dejo a Haití a años de atraso en el contexto de los países de América Latina, lo cual aún se mantiene; similar cosa podría acontecer en algunos países del resto de América Latina dentro del contexto de los demás países del mundo, que por causa de gobernantes interesados en mantener su pueblo sin educación para lograr el voto de esa mayoría mantenida en la ignorancia, quede con respecto a los demás continentes, como ha quedado Haití con respecto a los demás países de América.
No obstante las consideraciones antes apuntadas, necesario se hace ver otro fenómeno que ocurre en algunos países de Latinoamérica con mayores niveles de educación que otros, en los que a pesar de ello, sus conciudadanos cual si no tuvieren un buen nivel de educación, escogen no a los ciudadanos que mejor representarían sus intereses, sino al contrario, a quienes no les permiten continuar un desarrollo sostenible, esta es la razón por la que el título de este artículo señala que debemos revisar la educación como factor de fortalecimiento de democracia, por cuanto actualmente se hace necesario hacer una campaña de Reeducación para concientizar a los habitantes de todos los países de nuestra A.L. que la educación que han adquirido no solo es para su desarrollo personal, sino también para que tengan una mayor incidencia en la solución de los problemas de su comunidad o de su país, ello requiere –educar- para que se deje las posiciones cómodas de no involucramiento y de indiferencia en todos los niveles, sino comenzar campañas educativas de participación ciudadana, llámese asociaciones de vecinos, agrupaciones gremiales, o partidos políticos, siendo en estos últimos, donde una nueva y revisada educación posibilitaría que los profesionales con buen grado de escolaridad que en ella se involucran, tuvieran mayor conciencia que su formación no debe utilizarse solo para provecho personal en detrimento del bien común, sino en función del bienestar general, por cuanto esa falta de conciencia e indiferencia lo que promueve es decadencia, atraso, y la construcción irremediable de un futuro para las nuevas generaciones, altamente distante de la que podrían llegar a tener, no siendo esto una deducción sin fundamento, pues basta ver cómo ha sido posible en nuestra América, a más de un país que antaño fuera potencia mundial y de gran desarrollo económico, que sus gobernantes la quitaron del contexto de dichas naciones, otro de ellos con grandes riquezas naturales, sin embargo igual que los demás países que no tienen esa suerte de la naturaleza, no ha logrado el desarrollo humano sostenible de su población.
Hay muchísimo más que decir sobre el tema, no obstante por limitaciones de espacio, sirva el presente como una breve reflexión sobre la contribución que personalmente podemos hacer en nuestros respectivos campos para revertir las situaciones planteadas, promocionando en el futuro inmediato, una educación que incluya la formación de ciudadanos con una alta conciencia de participación ciudadana, sobre todo en lo que es el ejercicio del derecho constitucional que a todos nos asiste de “elegir” y ser “electo”.